En este último mes hemos asistido a una serie de noticias que tienen que ver con la condición sexual de la mujer, desde agresiones sexuales en nuestro entorno geográfico hasta las violaciones a decenas de mujeres en la plaza Tahrir de El Cairo, pasando por las imágenes de chicas sobadas violentamente en el txupinazo de los Sanfermines.
Está claro que la violencia sexual sobre la mujer no es algo que se circunscriba a unos ámbitos geográficos, culturales o sociales concretos, sino que, por desgracia, es algo muy generalizado a lo largo del planeta, pero creo que en esto también otro mundo es posible. Los hombres debemos saber y asumir que la masculinidad no implica violencia sobre la mujer. Al contrario, implica respeto como persona.
Estamos en verano, llegan muchas fiestas de nuestros pueblos y ciudades y también aparece demasiado energúmeno que piensa que las mujeres que están de fiesta desean ligar. Puede que sí o puede que no, pero eso lo tendrá que decidir únicamente ella, al igual que si quiere que alguien la toque o no. Valerse de la multitud, de las fiestas, de estados etílicos o de la posición de fuerza e intimidación para aprovecharse, sobar o forzar a una mujer no significa ser más masculino o más macho. Es ser un cobarde y, posiblemente, un delincuente.
Desde luego algo va mal. No se nos olvide que estas cosas ocurren en nuestro entorno. Da la sensación de que se dan pasos atrás y no puede ser. A mí me educaron en el respeto al ámbito sexual de la mujer, quizás porque se salía de una dictadura en la que el papel de la mujer era de mero consorte. ¿Realmente se están dando pasos atrás? Si es así, toda la sociedad debe ser consciente de ello y tomar cartas en el asunto, desde las instituciones hasta las personas a título individual, pasando por la educación en el entorno familiar.
No puede ser que en unas fiestas se llegue a considerar normal tocar el pecho de una mujer aunque ella no quiera. Si dice NO, es que NO. Pero, según parece, existe el problema de que ni tan siquiera dan la opción de decir no; actúan por las bravas y punto. Alguien decía, con el asunto de Sanfermines, que se trata de guiris, que hacen lo mismo en sus spring breaks... ¿Y? ¿Eso da carta de naturaleza a algo? Me parece que no. Tendrán que aprender los guiris y tendremos que aplicarnos el cuento los de aquí.
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