Estamos a menos de 90 días de la celebración de las elecciones municipales y forales del 24 de mayo, finalizando el ciclo iniciado en 2011. No voy a realizar un balance de la legislatura, ni de lo hecho, dicho y omitido por cada grupo político. Esto lo hará cada persona ante las urnas el próximo mes de mayo. Pero sí quiero resaltar un aspecto importante, desde mi concepción del trabajo municipal: la diferencia que existe entre un proyecto de ciudad y una ciudad de proyectos.
En este periodo que acaba, el municipio de Vitoria-Gasteiz ha visto la ejecución de varios proyectos, desde la reforma de la Avenida Gasteiz a la estación de autobuses. Ha visto cómo otros no se materializaban como el proyecto de Betoño o el del Gasteiz Antzokia, a pesar de que se lanzaron a bombo y platillo y que, en el caso del Antzoki, contaba con financiación suficiente para su materialización. La ciudad también ha visto la presentación de otros planes para el futuro, como el desarrollo del tranvía o el cierre del Anillo Verde.
Pero en estos proyectos, realizados o no, pensados o no, se echa de menos una idea de globalidad compartida. Se sigue careciendo de PROYECTO DE CIUDAD. Con la existencia de un proyecto global, cada parte que se piensa y se desarrolla es una pieza en un puzzle que permite, con su colocación en el tablero, vislumbrar la imagen final que el puzzle oculta.
Para realizar el proyecto de ciudad en Vitoria-Gasteiz, el proyecto de municipio, hace falta configurar la imagen final entre todos: grupos políticos, ciudadanía y asociaciones y empresas. ¿El objetivo? Que no se dé un paso para adelante y otro para atrás. Una vez consensuado el punto de llegada, hay que hacer lo mismo con el camino, pactando las prioridades y los esfuerzos económicos. Entonces pasaremos de ciudad de proyectos a un municipio con proyecto.
Esta es la apuesta de Gorka Urtaran y del Partido Nacionalista Vasco. Espero que podamos construirlo juntos.
13/03/2015
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