Blog Gasteiz. Gure iritzia

Transcurrido el periodo estival, suele ser habitual que la actividad política municipal se retome tras la fiesta de Olarizu que desde hace siglos se celebra el primer lunes después de la Virgen de septiembre, este año, por cierto, con la ausencia  del alcalde en varios de los principales actos institucionales. Sin embargo, en esta ocasión el Partido Popular no ha esperado a ese momento de inicio del curso político para seguir generando tensión y crispación en el Ayuntamiento.

Hace unos días conocíamos que las arcas municipales han perdido una subvención de 100.000 euros del Gobierno Vasco para el desarrollo de planes comarcales de empleo por no haber entregado en plazo la solicitud. Resulta grave e inadmisible que en un momento de alta tasa de desempleo y escasez de  ingresos económicos, el equipo de gobierno del PP pierda la posibilidad de obtener una importante suma de dinero autonómico que financie el desarrollo de planes locales encaminados al fomento del empleo. Sin duda es una consecuencia más de la apatía, falta de interés e incapacidad  del Gabinete Maroto para liderar y atender una de las prioridades de nuestro municipio: el fomento del empleo y el desarrollo económico sostenible (la otra es el mantenimiento de nuestra calidad de vida).

Sin embargo y aunque resulte difícil de imaginar, todavía hay algo más grave, inadmisible e indignante en esta rocambolesca historia: la reacción del alcalde y su equipo. En  particular, de la primera teniente de alcalde, Idoia Garmendia, quien, lejos de asumir sus responsabilidades, culpó de este “error humano” a la funcionaria rasa encargada de redactar el proyecto, a la que amenazó con abrir un expediente informativo y, de paso, “trasladar tolerancia cero” a todos aquellos y aquellas empleadas que no ejerzan adecuadamente sus responsabilidades y quehaceres.

Y resulta grave, inadmisible e indignante esta respuesta no solo porque el equipo de gobierno no asuma sus responsabilidades como superiores jerárquicos que son, sino  porque, consultado el expediente, pudimos comprobar que la pérdida de la ayuda responde únicamente al retraso de la firma del alcalde -que en esos días no se encontraba en Vitoria- y no a ninguna otra contingencia.

Ver para creer y para concluir que este equipo de gobierno demuestra, primero, tener muy poca capacidad para atender los asuntos municipales prioritarios; y segundo -y sobre todo- muy pocos principios y valores humanos, lo que es más preocupante todavía. Y es que para ser buen político hay que ser buena persona, noble y honesta. Y en este caso el gabinete Maroto está liderado por personas que no demuestran ser buenas, ni mucho menos nobles y honestas.

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